Desde la Tribuna | Juntos llegamos, Juntos seguimos, Juntos volvamos

Por Murdok Heras.

@MurdokHeras

Este fin de semana vivimos una experiencia tremenda como necaxistas. La expectativa y la ilusión era tan impresionante como el ambiente en el Estadio Victoria. Gran escenario que se vistió de rojo y blanco como nunca lo había hecho en su corta historia.

Siento que ya se ha dicho mucho, sobre lo que falló, lo que se logró y los momentos que como aficionados tuvimos la fortuna de presenciar. Quiero aprovechar este espacio para agradecer todo el apoyo que la hermandad necaxista puso para que se lograra hacer el arreglo del mosaico gigante del estadio. Fueron un par de horas de estar colaborando mano a mano aguantando el sol hidrocalidísimo luchando contra la insolación.

Y es que no solo los necaxistas voluntarios le entraron, agradecer también a los cubeteros, acomodadores y hasta omegas que nos echaron la mano. Algunos a enrollar los papeles o a cargarlos, hasta por abrirnos una puerta, muchas gracias.

Esas sensaciones de verdadera hermandad; del gusto auténtico por reencontrarnos y saludarnos con una sonrisa de oreja a oreja son con las que yo me quedo y no solo con el resultado.

Mis compañeros Gerardo Taker y Alex Rodríguez se sorprendieron por mi actitud una vez que terminó el encuentro. No lloré, no se me quebró la voz y tal vez hasta me sonreí.

La última vez que derramé lágrimas por este equipo fue al salir del Estadio Azteca la noche en que se definió el primer descenso. Desde entonces hemos tenido muy buenos momentos y otros muy malos igualmente junto al equipo. Sin embargo, decidí que no habría de sufrir más por Necaxa.

Opté por no permitirme sufrir, pero sí disfrutar cada momento. No me malinterpreten, no es que me dé gusto el que no se haya logrado el ascenso; soy el primero en señalar que el regreso a primera división no sólo le cae bien al club y a sus aficionados, sino a toda la sociedad de un estado.

No, no me alegra seguir en el Ascenso MX. Sino que en realidad en mi nada cambia. No me voy a bajar del barco y voy a seguir apoyando partido a partido, en el estadio cada vez que me sea posible. Colaborando en las redes el tiempo que me lo permitan, defendiendo sus colores ante cualquier comentario malintencionado. Entregando más gotas de sudor, pero no lágrimas, al menos no de tristeza.

Triste, cuando mi hija se enferma o cuando no puedo estar con ella; cuando la injusticia y la falta de respeto golpea a una sociedad enferma; cuando el poder corrompe las almas a cualquier nivel y llega la impunidad. Eso sí me pone triste, Necaxa, no.

Decido quedarme con la búsqueda de alcanzar una meta, con el esfuerzo para no desistir y mantener el paso, para no dejar de intentarlo. Me quedo con el estruendo del canto del estadio gritando que Rayos va a volver. Porque así será; no lo fue esta fecha del 23 de mayo del 2015, pero sé que pronto así será y ahí estaré para ser testigo de ello.

Aprendamos todos del fracaso, sin miedo a reconocerlo como tal, aprendemos y crecemos todos.

Porque TODOS #JuntosVolvemos.