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Opinión PR | Crónica de un sábado de Final

Por Gerardo Taker.
@GerardoTaker

Después de haber hecho el viaje a la ciudad de Aguascalientes para presenciar el partido de Ida de la Final ante Coras y de que durante la semana se abriera en un par de ocasiones la oportunidad de hacer un nuevo viaje, esta vez con rumbo a Tepic para ser testigo de la definición del título, algunas situaciones personales hicieron que desechara ese par de oportunidades.

Sin contar con el canal en el que se transmitiría el encuentro que arrojaría al nuevo campeón del Ascenso MX y teniendo un compromiso previo a la hora del partido, lejos de lo que hubiera deseado no pude ver el partido acompañado de amigos o de más aficionados necaxistas y tuve que optar por llegar corriendo a casa apenas unos minutos antes de que iniciara la Final.

La batalla por conseguir el link de algun stream que no se trabara y que tuviera buena definición se libró a falta de unos tres minutos del silbatazo inicial del partido, por lo que con mi comida en el escritorio no tuve mas que agradecer mi banda ancha y sentarme frente al monitor de mi computadora para poder ser testigo de un título que esperábamos pero que no imaginamos fuera a ser así de sufrido, ni así de emotivo.

Abriendo el reproductor en pantalla completa, con una buena señal y sin tener que soportar la tendenciosa y patética narración de los comentaristas de TVC Deportes, tuve oportunidad de ver el encuentro en una transmisión de Tv Azteca para Estados Unidos con el que para mi gusto es el mejor cronista de futbol, Don Emilio Fernando Alonso.

Al igual que sucediera en la Ida jugada en el Estadio Victoria, Necaxa fue el que buscó más la portería rival desde el comienzo del partido. La tensión y el nerviosismo que siempre acompañan a una Final estaban presentes y bajaron un tanto después del gol conseguido por Luis Alberto Padilla justo cuando se cumplía media hora de partido. Gritando el gol a todo pulmón y enterando a mis vecinos que había futbol, mis ojos tuvieron ante si a las primeras lágrimas de la noche.

Suponía que la anotación del 'Beto' era el comienzo de una Final que sería relativamente tranquila acorde a lo que ambos equipos nos habían ofrecido hasta ese momento. No obstante, el futbol nos enseñaría que el camino rumbo al título no sería tan sencillo y tan solo seis minutos después de tomar la ventaja llegó el empate en un tiro libre en el que el culpable del gol cora parecía ser el que fuera uno de los mejores jugadores del torneo, el 'Shaggy' Martínez, quien no brincó para tapar el disparo de Raúl López y estorbó la labor de Jesús Gallardo.

Aún no terminaba por lamentar el empate sabiendo que todo empezaba de nuevo cuando otro de los hombres importantes del torneo vio una merecida tarjeta roja tras cometer un penal en un contragolpe de los locales. Por si fuera poco un tipo para mi gusto tan despreciable como Adolfo Bautista convirtió el penal y diez minutos después de habernos puesto en ventaja ya perdíamos y jugábamos con uno menos.

La noche nayarita se nos había venido encima y nos fuimos al descanso con mucha incertidumbre y esperando el milagro de que el resultado pudiera revertirse en la segunda mitad. Al comienzo del complemento todo era silencio frente al monitor y no tardé mucho en cambiar ese silencio por quejas contra todo lo que se marcaba, contra los que no alcanzaban el balón y contra cualquier cosa que sucediera sobre el rectángulo verde.

El tercer gol de Coras cayó de manera un tanto fortuita justo cuando Necaxa me daba la impresión de jugar en cámara lenta y sin la intensidad requerida. Las lágrimas amenazaron con aparecer y pensé que todo estaba perdido, que hasta ahí había llegado la ilusión de coronarnos este torneo. Necaxa intentaba pero no generaba peligro sobre la portería de Sergio Arias. Todo parecía definido y por mi mente pasó que nos estábamos convirtiendo en el Cruz Azul del Ascenso MX.

Un penal inesperado alimentaba de manera tibia las esperanzas de ver al equipo remontar el marcador en un partido en el que como bien dijo el técnico al finalizar "se nos cargaron las pulgas". El olvidado 'Tatá' tomó el balón apenas unos minutos después de haber reaparecido y lo mandó guardar para darnos nueva vida a falta de doce minutos. La esperanza resurgió pero la remontada se veía aún lejana. En ese momento el criticado Victor Lojero, nuestro capitán y nuestro goleador apareció para revivir al equipo. Faltaban seis minutos y un disparo excepcional mandó el balón al fondo de las redes.

El grito de gol sobra decir fue en grande, Necaxa con diez hombres se había levantado y había empatado el partido contra el 'todopoderoso' líder del torneo. En ese momento lamenté que en la Final no contara el gol como visitante, pero con las esperanzas renovadas, todos los que no nos rendimos con el tres a uno, fuimos testigos de cómo el equipo hizo lo propio sobre el terreno de juego.

Llegaron los tiempos extras, instancia en la que hace cinco años nos habíamos coronado en el Estadio Sergio León Chávez de Irapuato, también en una noche decembrina en la que al igual que en esta ocasión se nos había venido todo encima. La Arena Cora era testigo de un partido en el que debido al cansancio, ambos equipos parecían apostar por la definición en penales pero una vez más el goleador apareció.

Era el minuto 111 de acción y Victor Lojero remató de cabeza un largo servicio para poner el balón pegado al poste y desatar la fiesta, misma que había cambiado de color y que parecía definitva para los visitantes. Las lágrimas aparecieron de nuevo en mis ojos y el grito fue aún más fuerte que los anteriores. Necaxa estaba a nueve minutos del título y de un tres a uno adverso ganaba en la casa de Coras por cuatro a tres pese a la inferioridad numérica.

El cierre fue dramático y hubo un tiro de esquina a favor de Coras justo al 120' en el que no quise ver y literalmente cerré los ojos esperando que el balón no fuera a las redes. La tarea estaba hecha y un par de anotaciones de Victor Lojero estaban a nada de darnos un título. Pero nuevamente todo se esfumó, una mano de otro guerrero, Abraham Riestra, dio un penal a los locales al 122' y un minuto más tarde, en la última jugada del partido Jorge Mora empataría desde los once pasos. Habíamos acariciado la copa y ahora tendríamos que ir al 'volado' de los penales.

El 'Perrito', quien poco a poco durante el torneo fue cambiando la opinión que tenía de él abrió la serie y nos puso en ventaja. El mismo Mora empató y Luis Felipe Gallegos nos regresó la delantera. Eder Pacheco volvió a poner la igualada en un disparo que Jesús Gallardo arañó. El sufrimiento seguía, el nervio estaba de la mano con la esperanza.

'Tatá' volvió a convertir y Mario Ortíz empató estando a centímetros de volar el esférico. Un nervioso Michel García que había desperdiciado una clarísima en los tiempos extras me hizo pasar del nervio al miedo, no obstante ejecutó correctamente; Saldívar, quien alguna vez jugara en Necaxa empató en otro tiro que estuvo cerca de ser atajado.

Los fantasmas de Neza llegaron a la Arena Cora cuando Victor Lojero tomó el esférico para abrir la quinta ronda. Las críticas por sus fallas en momentos decisivos y lo injusto que sería para él el fallar una vez más fueron pensamientos en mi cabeza. El capitán cobró de buena forma y la guardó para que Juan Basulto tuviera la obligación de marcar.

Jesús Gallardo se lanzó y esta vez si atajó, el grito fue grande y las lágrimas aparecieron esta vez de forma definitiva. "Necaxa es campeón del Apertura 2014" decía Oscar Francisco Cano, uno de los comentaristas de Tv Azteca. La hazaña se había logrado y en la Final más dramática que ha vivido Necaxa el título estaba ahora, una vez más conseguido como visitante, con nuestro equipo, aquel al que muchos nos negamos a abandonar y que ahora nos recompensaba.

Vivimos una Final épica, llena de dramatisto y con un desenlace digno de una historia hollywoodense. Con muchos huevos, callando bocas y sacando el pecho, Necaxa había logrado una hazaña en un partido inolvidable que sirvió para redondear un torneo en el que el equipo fue de menos a más.

Los comentaristas de Tv Azteca despidieron de inmediato la transmisión y tuve que busca un nuevo stream para ver la coronación. Después de dos finales perdidas, Necaxa era campeón del Ascenso MX y Victor Lojero levantó la copa que nos hace soñar con el regreso a Primera División. Fuentes, Gallardo y muchos más callaron bocas, y Necaxa se partió el alma para conseguir un título que hizo que esta vez las lágrimas fueran de alegría.

Esas lágrimas eran inevitables y de inmediato varios amigos necaxistas se pusieron en contacto conmigo. De Toluca, de Tabasco e incluso de Argentina. La Final más sufrida que hemos vivido nos dio un título que nos acerca al objetivo y que alimenta el sueño de volver.

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4 Comentarios

  1. Esta muy raro eso de que no hubiera desfile en Aguascalientes.
    Alguien sabe a que se debe? Esta muy sospechoso no? Digo, todos los
    Equipos lo hacen..

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  2. Que buena reseña del partido Gerardo, asi lo vivimos muchos, exactamente, cambios de alegria a tristeza con esperanza en todo momento.
    No cabe duda que este equipo tiene algo, esa playera esos colores, algo hizo que se partieran el alma como lo hicieron.
    A disfrutar estos dias porque en Enero empieza la segunda parte de este camino hacia la primera división.

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  3. ¡Ese es el Necaxa que nos gusta ver! el que se sobrepone a las adversidades, a los malos arbitrajes, a los marcadores en contra, al apoyo mayoritario en cancha ajena, al cansancio, a las lesiones y expulsiones. Y desgraciadamente a veces hasta a las malas decisiones del cuerpo tecnico (todavia no entiendo el ingreso de Chaurand) ¡ese es el Necaxismo! ¡EL APRENDER A NO MORIR!

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  4. Bien de acuerdo en todo, excepto en que Yo no culpaba al Shaggy por el primero, ni saltando la saca, ni Gallardo la sacaba. Quizá en el tercero sí perdió una marca, ahí sí, sin embargo es el más guerrero y "corazón de león" desde hace varios torneos.

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